Hay veces que a uno se le cuela un versito en el entendimiento y se le queda ahí entretenido. Hoy me ha pasado a mí con estos dos de Pedro Garfias:
Qué hilo tan fino, qué delgado junco
-de acero fiel-nos une y nos separa
Pedro Garfias fue otro de los exiliados del 39. Escribió Paco Ignacio Taibo (Con el mar por medio, Ed. Semana negra, 2009) que la gente de Monterrey le acogió y le celebró con fervor. Cuenta también que era un personaje estupendo, un tipo que consiguió vencer a su aspecto discutible y a su fama de hombre dado a las cantinas y al dispendio. Y que se conocieron en la barra del restaurante El Horreo frente a una Alameda que pintó Diego Rivera en un mural lleno de color y de gracia, pero que tiene el gran defecto de no haber incluido entre sus múltiples personajes a Pedro Garfias. Los dos versos son el principio del poema "Entre España y México" para muchos la mejor descripción de la relación entre el exilio español de 39 y el pueblo de México.
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